ANA Y WIWI - Una obra de teatro, títeres y música para las infancias.
- JULIA BARRANDEGUY
- 10 oct 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 28 oct 2022

Desde Posadas, en la provincia de Misiones, viajamos exclusivamente hasta Resistencia para disfrutar un fin de semana como espectadores de la Fiesta Nacional del Teatro en Chaco (NEA). El sábado nos levantamos, caminamos un rato y al mediodía viajamos hasta Sáenz Peña para ver “Ana y Wiwi” de Lorena Romanin. Una obra de teatro, títeres y música para las infancias. A través de un lenguaje propio compuesto por onomatopeyas, sonidos, gestos y algunas palabras; nos invita a reflexionar sobre las tradiciones arraigadas a la pampa gringa.
Nos sorprendió gratamente encontrarnos en medio de una zona agreste con un espacio abierto y una sala de teatro de grandes dimensiones y cómodas butacas, el Cine Teatro Español. La función allí era gratuita y comenzaba a las 18:00hs. Justito después de la siesta. Mientras esperábamos conocimos a varios chicos y chicas que vivían en localidades cercanas. Para acortar la espera, algunos participaban de una actividad propuesta por el Instituto de Cultura. La actividad consiste en dibujar en un atril de su altura sobre la pintura de un teatro.
Nosotros, adultos, fuimos parte de las familias del público, reímos, aplaudimos, vitoreamos en defensa de Wiwi y hasta nos emocionamos con alguna lágrima en la amorosa función. Como indica la sinopsis de la obra, se trata de “Una historia sensible y emotiva que habla de la amistad, el amor, la ternura, y el vínculo con los animales”. Su protagonista, la pequeña Ana es interpretada por la actriz Luciana Grasso. Entramos en la convención y creímos que era una nena de 10 años.
Ana y su papá, el actor Mariano Mandetta, viven en el campo. Podrían estar en cualquiera de las casitas que vemos desde la ruta en inmensas extensiones donde pastan las vacas. Ellos tienen una tierna relación padre e hija. Hasta que un día Ana lo ayuda a dar a luz a una vaca y así nace Wiwi. Ana y Wiwi se vuelven inseparables y la vida de la niña se llena de alegría. Todo es perfecto hasta que la dueña del campo - interpretada por Jorgelina Vera-, una mala, exagerada que cumple con creces el gusto de las infancias, decide llevarse a su extraña mascota para venderla.
Ana estará dispuesta a todo para salvar a su mejor amiga. Una vaca títere diseñada y realizada por Alejandra Farley que cobra vida gracias a la destreza de Daniela Fiorentino. La música en escena y composición es de Yacaré Manso quien logra salir al cruce cuando hay que improvisar o incorporar algún sonido propio de la presentación. La abundante escenografía y el cuidado vestuario fue diseñado por Gabriella Gerdelics que contó con la realización del equipo del Centro Cultural San Martín. La producción ejecutiva de Pablo López, Daniela Fiorentino y la propia autora y directora Lorena Romanin
Si sos mamá, papá, tía piola o adultx responsable que quiere saber con qué preguntas de infantes curiosos se encontrará luego de los aplausos: la obra también habla de la muerte. Quizá presenciar “Ana y Wiwi” nos dé una buena excusa para poder dialogar sobre estos temas desde temprana edad. Hacerlos notar, charlar en confianza, ayuda a poder transitar esa incógnita que a todos alguna vez nos tocará transitar.
Soy Julia Barrandeguy y fue mi primera experiencia de Fiesta Nacional luego de la Pandemia. Así que viví con euforia y nervios estar sentada muy cerca de otras personas sin barbijos. Lo disfruté como cuando te invitan golosinas luego de estar mal de la panza. La selección oficial que pude ver fue exquisita. Agradezco haber vivido el eslogan #ElTeatroNosUne con todos los sentidos.
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