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ETIOPÍA - Derribando prejuicios.

  • Foto del escritor: ARIEL COURTIS
    ARIEL COURTIS
  • 30 abr 2024
  • 2 Min. de lectura

Ph: Ariel Piccoli

Después de 40 años de hacer teatro (trabajar, producir, dirigir, escribir, montar), las sorpresas son cada vez más esporádicas. Mi maestro Dante Sena me decía: “cada vez el teatro me aburre más”. ¿Será que estoy cayendo en la misma? Con toda esta carga prejuiciosa sigo apostando al teatro y decidí ir, una vez más, a ver si algo nuevo me sorprendía.


El fin de semana pasado (domingo 28/abr/24) saqué entradas para ver un espectáculo en el Espacio Mariño, protagonizado por dos actrices de corta edad y un joven director. No quise interiorizarme mayormente de la propuesta, pero esperanzado en un comentario previo: “está linda”, decidí ir.


Al ingresar a la sala me encuentro con las dos actrices ya trabajando en escena y con un solo elemento escenográfico. Me llamó mucho la atención, la organicidad de ambas, que ya me daban indicios de que la propuesta no iba por el lado muy naturalista.


La obra en cuestión es Etiopía de Mariana Mazover. Una coproducción del grupo VagaMundos de Corrientes y el Grupo Borde de Resistencia. Protagonizada por Camila Benítez y Ludmila Ferrigno. Dirigida por Lucas García.


Dos muñecas solitarias esperan a su dueña humana. Una espera que cada vez se torna más desesperante. Lo lúdico y la cruda realidad se conjugan en la relación entre ambas, sólo conocen lo que escucharon de su dueña. Las múltiples suposiciones se van volviendo cada vez más probables al accionar con otros elementos olvidados (pasacasete, teléfono, etc).


Una propuesta distinta desde lo actoral, con una estética acorde a la historia narrada. Una puesta en escena despojada que aporta también a la angustia de soledad que viven las desprotegidas muñecas. Con elementos mínimos de escenografía, utilería y luces logran introducirnos en esa espera sin tiempo.


Brumaria y Germinal esperan a Herminia, una niña que se crió en un hogar donde se hablaba de revolución y terrorismo de estado. Sin caer en partidismos, ni golpes bajos, la ingenuidad de estas muñecas nos van introduciendo en un mundo convulsionado que las afecta y nos muestran a través de su ”diario vivir” cómo resignifican las palabras que escucharon durante los juegos.


Qué suerte que fui. El teatro nunca va a dejar de sorprenderme. Me reí, me emocioné, me sorprendí, me reconcilié con el hecho teatral. Gracias a las nuevas generaciones por buscar maneras de no caer en lo remanido y proponer otras formas de contar historias ficcionales corriéndose de lo obvio. Totalmente recomendada.


Ficha técnica:

Autora: Mariana Mazover

Dirección: Lucas García

Actúan: Camila Benitez y Ludmila Loreley Ferrigno 

Coproducción de Vagamundos & Borde.

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