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KURUSU RAPE - Una procesión teatral en Paraguay

  • Foto del escritor: NATALIA SCHEJTER
    NATALIA SCHEJTER
  • 29 abr 2023
  • 4 Min. de lectura

Fotografía: Dani González

Esta crónica comienza con la planificación (casi) improvisada, de un viaje a Asunción en semana santa. La idea (entre otras), era tener un pantallazo del campo teatral paraguayo.


(Pretencioso en un fin de semana ¿verdad?).


Llegamos a Luque, ciudad que pertenece al “gran Asunción”. Allí nos dijeron que cumplir nuestro objetivo sería complicado, porque el jueves y viernes santo en Paraguay, se detiene la máquina; y ni los almacenes abren. Entonces nos propusieron viajar un poquito más, hacia Yaguarón, a 50 km de distancia.


Un cambio de planes puede ser sorprendente. Llegamos de noche a esta ciudad que se encuentra al pie de un cerro. Lo primero que hicimos fue ir a conocer el famoso templo franciscano construido entre 1755 y 1772. Por fuera la construcción es sencilla, por dentro, las tallas del altar y de los techos son imponentes.


(Volvé al eje, me digo, no estás escribiendo para Revista Lugares).


Ingresamos al templo con una Coca – Cola en una mano y un paquete de pororó en la otra. No fue de turistas irrespetuosos, el pororó lo vendía una señora en la puerta, como si ingresáramos a un espectáculo. De hecho, así era. Atravesar el predio de la iglesia, fue como pasar por la antesala de una salida teatral. En la calle paralela al templo, el grupo Teatro Yara, se preparaba para dar inicio a Kurusu Rape.


Kurusu Rape (camino de la cruz) es una obra de teatro que relata, como la tradición católica, las instancias que vivió Jesús desde que lo tomaron prisionero, hasta su crucifixión, sepultura y posterior resurrección. Esta crónica existe porque haber espectado Kururu Rape, fue una asombrosa experiencia teatral, fuera de lo habitual.


(Soy más atea que judía y me alivia pensar: “no fue como haber participado de un vía crucis en pascuas”).


La sala fue la calle, y la escena, la delimitaban decenas de jóvenes voluntarios agarrados de las manos. Dentro de ese escenario improvisado se movían los actores y actrices en procesión: Jesús encadenado, los soldados romanos que lo escoltan, golpean y arrastran, el pueblo que llora, los demonios, etc. Unos 50 metros delante de ellos, iba una caballada perteneciente a los Morán, una familia de Yaguarón que trabaja en el campo y cada año se suman a participar de la obra. Al frente de la escena, iba un vehículo utilitario encargado de la música y los sonidos y a pie, el director, Héctor Lozzca mostrando el funcionamiento de la maquinaria teatral en todo su esplendor. Fue muy interesante doler con cada latigazo que recibía el protagonista, a la vez que observábamos el trabajo de la dirección. Realismo y distanciamiento juntos.


Uno de los elementos más atrayentes, fue la iluminación. En ambos cordones de las 9 cuadras -largas- en las que sucede la acción, había velas equidistantes acomodadas de manera impecable, que se mantuvieron prendidas durante las 3 horas que duró la obra. La producción de las 1200 velas, confeccionadas con grasa de chancho dentro de una cáscara de naranja agria que los paraguayos llaman apepú, estuvo a cargo del municipio y gente del pueblo que se sumó en esta tarea artesanal. Además, el público acompañaba la procesión teatral, con unas 300 antorchas en la mano producidas por el elenco.


Otros jóvenes de Yaguarón, llevan voluntariamente los micrófonos de aire, recurso que se tornó necesario por el crecimiento del público a lo largo de las cuatro ediciones de Kurusu Rape. Los personajes de soldados romanos con ayuda de la caballeriza, fueron moviendo a los espectadores de manera orgánica durante 1500 metros. El elenco provee de vestuario de época a los actores y actrices, y también entrena y viste a la caballería y a los microfonistas.

Kurusu Rape es una obra de teatro itinerante, participativa y descentralizada. Es un acontecimiento popular, porque entre otros motivos, representa a un Jesús local, latinoamericano en su physique du role y la mayoría de los textos están enunciados en guaraní, lengua nacional paraguaya.


La dramaturgia, diseño y dirección de Kurusu Rape es de Héctor Lozzca. Creció en Yaguarón, se formó en Asunción, y volvió a su pueblo donde fundó Teatro Yara (Yaguaroninos, Realizadores de Arte). Este elenco independiente, tiene 5 años de existencia y está conformado en su mayoría por personas de Yaguarón que se están formando en talleres que imparte Héctor. Entrenan todos los domingos y cuando montan obras se juntan a trabajar varias veces por semana.


Kurusu Rape empezó hace aproximadamente 15 años de la mano de la pastoral de la juventud, como una pequeña actividad de la pascua joven. Cuando se formó el elenco, la obra dejó de ser una más entre las propuestas religiosas, para tomar esta magnitud teatral y ser una propuesta en sí misma. El ritual teatral, es organizado por el elenco y el municipio, a pesar de la temática de la obra, no interviene para nada la iglesia. Las primeras dos veces que la montaron, en el año 2018 y 2019, el público, conformado por todo el pueblo y turismo interno, alcanzó las 5000 personas. Luego tuvieron una pausa obligada por la pandemia, y retomaron el año pasado donde tuvieron la presencia de unos 3000 espectadores. Este año, el clima casi les jugó en contra y por esa amenaza de lluvia hubo unas 1500 personas, eso no impidió un despliegue imponente. Dicen que los lugares de teatro son mapas de las culturas a las que pertenecen, también en sentido arquitectónico. Héctor lo sabe, y por eso cuenta que no aceptaba tener un plan B bajo techo por si llovía: “Kurusu Rape ES en la calle”.


El teatro ocurre siempre en momentos y lugares especiales, para nosotros, espectadores extranjeros, fue un privilegio poder vivenciarla con esa cantidad de gente, observar todo de cerca, compartir el espacio con espectadores que les gusta el teatro, los que se mueven por la ceremonia religiosa, y los que se conmueven con las tradiciones. El excedente fue pensar en el límite entre el teatro y el ritual religioso, si es que ese límite existe.


El acontecimiento teatral es una experiencia difícil de teorizar, sucede en el aquí y ahora (o allá cuando fuimos a Paraguay en Semana Santa) y queda en el cuerpo del espectador. Así fue. Prueba de ello es este otro relato, que se ve por el canal de tele del siglo XXI.

Ficha técnica:

Dirección y Texto: Héctor Lozzca

Vestuario y Logística: El elenco

Fotografía: Dani González

Equipo de Producción Genn Servin

Maquillaje: Samya Hermosa

Sonido: Orlando Amarilla

Una producción de la Municipalidad de Yaguarón y el Elenco Teatro YARA


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